Prisión Ruanda
Han pasado 30 años desde el último genocidio del siglo XX. Las imágenes de cadáveres cosidos a machetazos estremecieron al mundo. Fue un conflicto étnico, nos explicaron, entre dos grupos que se profesaban un odio ancestral. Los hutus, que eran la mayoría, masacraron a la minoría tutsi. El saldo fue de 800.000 muertos en cien días entre abril y julio de 1994. Esta es la historia oficial del Genocidio de Ruanda. Una historia que dos periodistas españoles, Jon Cuesta y Xurxo Fernández, han querido revisitar. Prisión Ruanda muestra la parte más desconocida del genocidio de Ruanda y revisa la versión oficial del gobierno de Paul Kagame, poniendo en contexto las causas del conflicto y sus consecuencias, que duran hasta hoy.
La historia de Prisión Ruanda comienza en 2014 cuando Jon Cuesta viaja al país de África Central para cubrir los actos de conmemoración del Genocidio contra los tutsis, y tras realizar distintas entrevistas, el periodista sospecha que el relato es demasiado uniforme para ser creíble: “Era como un parque temático del genocidio, con todos los periodistas haciendo el seguimiento del camino oficial. Sin ser conspiranoico me dije, yo quiero hablar con más gente, y no se me permitió, ahí fue cuando me empecé a preocupar”.
Entonces decide confrontarlo con el de los opositores en el exilio. Uno de ellos es Paul Rusesabagina, el ‘Schindler’ ruandés que salvó la vida de 1.200 tutsis e inspiró la película Hotel Ruanda. A Cuesta le costó creer que el ‘héroe del Genocidio’ sea ahora un proscrito al que han intentado asesinar en numerosas ocasiones: “Le he entrevistado varias veces y es un caso sorprendente, alguien que fue aupado como héroe por Hollywood y que ha dado conferencias por todo el mundo después de salvar a muchos tutsis en su hotel, se convierte en un villano detestado por el régimen y se prohíben sus libros y la película”. Entre los disidentes, se encuentran también ruandeses de etnia Tutsi, muy próximos al actual presidente Paul Kagame, como su antiguo jefe de Seguridad y el ex jefe de los Servicios de Inteligencia.
Las represalias del régimen
Cinco años más tarde, Xurxo Fernández toma el relevo del proyecto ante el temor fundado de Jon Cuesta de sentirse vigilado por el Régimen ruandés: “En Europa han aparecido opositores asesinados por servicios secretos ruandeses. A mí también me persiguieron y fotografiaron simplemente por haberme reunido con gente incómoda para el régimen”. Fernández se entrevista con los pocos opositores que quedan en Ruanda y a partir de entonces comienzan los problemas. El periodista es vigilado, intentan requisar su material en el aeropuerto y las personas a las que entrevista son represaliadas. Un miembro de la oposición ayuda al periodista a sacar una copia de su grabación y pocas horas después es asesinado. “Tras comprobar que estaban siguiendo a mi compañero, Xurxo Fernández, pedimos que nos guardaran una copia de la entrevista por si nos quitaban nuestro material en el aeropuerto. Al día siguiente, Anselme, que era el encargado de cruzar la frontera con el material, apareció asesinado y torturado”. Otro disidente que participa en el documental es arrestado meses más tarde y a continuación aparece ahorcado en su celda.
Las represalias del régimen ruandés se extienden incluso fuera de sus fronteras. Así ocurrió con el héroe de Hotel Ruanda, Paul Rusesabagina, que en 2020 fue secuestrado en un vuelo comercial y llevado a Ruanda para ser encarcelado: “Le entrevisté unos meses antes de que fuera secuestrado. Es una persona con nacionalidad estadounidense y belga y aun así no tuvieron problema en meterle en un avión engañado y llevarlo a la fuerza a Ruanda. Paul Kagame está obsesionado con él por ser una figura pública que defiende una versión del genocidio que no es la oficial”. Gran parte de los protagonistas de este documental forman parte de una lista de ‘enemigos de Ruanda’ que deben ser eliminados. Se cuentan por cientos las personas que han desaparecido o han sido asesinadas por los servicios secretos ruandeses. También nueve españoles, que entre 1994 y el año 2000 fueron testigos de masacres contra población civil a manos del Frente Patriótico Ruandés, partido que ostenta actualmente el poder.
La explicación que ofrece este documental difiere radicalmente del relato que han ofrecido hasta el momento los grandes medios. Prisión Ruanda desvincula el Genocidio del conflicto étnico y lo enmarca en una lucha por el poder económico y geoestratégico en el corazón de África. La guerra por el control de los minerales que devasta la República Democrática del Congo es la muestra más palpable. Ese fue el objetivo del Frente Patriótico Ruandés tras el Genocidio, cuando más de dos millones de ruandeses de etnia Hutu se refugiaron en el antiguo Zaire. Las tropas del general Kagame invadieron el país vecino para dar caza a los refugiados y derrocar el gobierno de Mobutu Sese Seko. “El ejército ruandés persiguió a los refugiados hutus al Este del Congo, zona que ocupan hasta hoy, con un doble objetivo: masacrar a los hutus y controlar los minerales. Suena muy retorcido, pero es una jugada redonda”.
Las dos guerras que siguieron a esta invasión dejaron más de 10 millones de muertos. Las milicias tutsis financiadas por Ruanda, como el M23, siguen operando en el Este del Congo, desestabilizando el país y saqueando sus riquezas. Ruanda es hoy el mayor exportador de coltán africano, cuando no cuenta con una sola reserva de este mineral en su territorio.
La producción de Prisión Ruanda de Ébano Stories tuvo lugar en el mes de abril de 2024, coincidiendo con el 30 aniversario del Genocidio contra los tutsis que el Gobierno ruandés conmemora. Este apasionante documental que revisa la versión oficial del genocidio ruandés se proyectará en festivales y salas de cine de la mano de Distribution with Glasses antes de estar disponible en plataformas digitales.